Virtuosa labor


Pr. 31:28,29,30  Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada; Y su marido también la alaba:  Muchas mujeres hicieron el bien; Mas tú sobrepasas a todas. Engañosa es la gracia,  y vana la hermosura;

La mujer que teme a Jehová,  ésa será alabada.

 

A través de la historia, en diferentes tiempos y en distintos países del mundo, ha surgido espontáneamente el deseo de reconocer la labor de las madres a través de una celebración. Ya en la Grecia antigua se oía hablar de tal evento, en Inglaterra, a principios del siglo XVII se empezó a dedicar el cuarto Domingo de la Cuaresma para celebrar a las madres, y más recientemente, en 1914 el presidente de los Estados Unidos reconoció en su país oficialmente el día de la madre.

 

La fecha varía dependiendo del país, en Colombia, esta celebración se realiza el segundo Domingo de Mayo. Sin embargo, aunque es una bonita manera de reconocer la labor de las madres, tenemos que decir también, que esta celebración en nuestra sociedad pasó de ser una iniciativa espontánea, a volverse una fecha comercial, y en muchos hogares en los cuales habitualmente los hijos no honran la labor de las madres, la fecha es usada para tratar de apaciguar la conciencia. Aunque no está mal celebrar el día, lo que yo encuentro en la Palabra de Dios, es que la honra a las madres no es la celebración de un día, sino un mandamiento para toda la vida. Éxodo 20:12 dice: Honra a tu padre y a tu madre,  para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.

 

En la Biblia encontramos que la labor de madre viene directamente de la voluntad soberana de Dios, cuando el Creador hace a la mujer y la trae al hombre, éste la llama Eva, que quiere decir dadora de vida. Adán sabía que ella sería madre de todos los vivientes. Recordemos que después de la caída del hombre, Dios había prometido un Salvador que sería la simiente de la mujer. Cuando Adán le da ese nombre a su esposa estaba expresando su confianza en la promesa redentiva del Creador.

 

Proverbios 31 28-30 dice: Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada; Y su marido también la alaba:  Muchas mujeres hicieron el bien; Mas tú sobrepasas a todas. Engañosa es la gracia,  y vana la hermosura; La mujer que teme a Jehová,  ésa será alabada.

 

Este Proverbio es un hermoso poema que describe lo que es verdaderamente una mujer virtuosa, quiero aclarar que no dice perfecta sino virtuosa, no existe la mujer perfecta, como tampoco un hombre perfecto, todos somos pecadores. Lo que éste poema describe es a una mujer de Dios que disfruta con gozo del lugar que el Señor le dio. Claro que muchas mujeres en la actualidad no gustarían de ésta descripción ya que nuestra moderna sociedad se ha especializado en llamar a lo bueno malo y a lo malo bueno. En esto versículos se describen a una mujer virtuosa con tres características impopulares en la actualidad, pero que Dios resalta como preciosas.

 

Temerosa de Dios: La virtuosa de los proverbios, es primeramente una mujer que teme a Dios. Recordemos que bíblicamente el temor a Dios es el principio de la sabiduría, y la verdadera sabiduría proviene del conocer a Dios a través de la Palabra. Lejos de lo que algunos piensan, una mujer que teme a Dios no es una persona ignorante, todo lo contrario, es una mujer sabia, una mujer que posee el más grande conocimiento que cualquier ser humano pueda tener en ésta tierra, el conocimiento de Dios.

 

Esposa: La segunda característica que vemos en la mujer de proverbios es que era una esposa. Esto no quiere decir que para ser virtuosa una mujer deba casarse. La Biblia describe muchas mujeres creyentes que no eran casadas y que mostraron una vida de virtud y de piedad dignas de imitar. Marta y Maria, por ejemplo, son presentadas en los evangelios como mujeres que al parecer no eran casadas, pero fueron mujeres que acompañaron a Jesús en su ministerio terrenal y fueron de gran bendición. Pero la descripción de proverbios 31 nos muestra una mujer casada, la razón es que el poema es de la madre del rey Lemuel, una mujer que aconseja a su hijo para que encuentre una esposa virtuosa.

 

Recordemos que cuando Dios hizo a la mujer estaba diseñando a la ayuda idónea para Adán. A diferencia de lo que piensan muchos en nuestra sociedad moderna, la labor de una mujer casada es valiosa y Dios lo reitera en este poema. En esta descripción del libro de Proverbios se ve a una mujer fiel en la que su marido anda confiado, una mujer diligente que aparte de tener su hogar en orden, también produce ganancia a su familia, una mujer piadosa y llena de virtudes a la que su marido exalta y sus hijos respetan.

 

Madre: La tercera característica con la que se describe a la mujer de proverbios es como madre. De nuevo aclaro que esto no quiere decir que para ser virtuosa una mujer tenga que ser madre, no toda mujer nace para ser madre, y muchas físicamente no pueden serlo. No todo matrimonio necesariamente debe tener hijos. Pero la que se nos describe en éste texto es una mujer que aparte de todo lo que hace, también es una madre responsable que se anticipa a las necesidades de sus hijos y se ocupa de que estén bien. En el proverbio leemos que sus hijos dan buen testimonio de ella, la llaman bienaventurada, la respetan y la honran.

 

Quiero resaltar el versículo 29 que dice: Muchas mujeres hicieron el bien;

Mas tú sobrepasas a todas. Este versículo sintetiza muy bien la enseñanza del capítulo porque una mujer con esta descripción, aunque para el mundo pueda ser menospreciable, para Dios es una mujer valiosa. En la sociedad egoísta en que vivimos hoy, la independencia es una virtud, el individualismo es una cualidad y cada quien quiere ser protagonista. En el pensamiento moderno el amor, el servicio y el sacrificio son vistos con desprecio. En el tiempo en que vivimos, una mujer como la de proverbios es desestimada y considerada como una persona que no tiene visión, que no lucha por sus propios sueños, que ha sido opacada por su marido, que perdió su vida cambiando pañales, criando a los hijos y haciendo de comer, que no viajo por el mundo, que no disfrutó la vida, prácticamente una mujer que no supo vivir.

 

Pero eso no es lo que dice el proverbio, la mujer virtuosa es una que tiene clara la trascendencia de su labor y por eso la asume con excelencia. Ella sabe que el lugar que le dio su Creador es muy importante y se goza de realizar su labor. Ella tiene claro que si hay una forma de aprovechar la brevedad de la vida en esta tierra es cumpliendo el encargo que Dios le dio. Lo que vemos en este proverbio es que una mujer así es una bendición de Dios. Una mujer que teme a Dios, una buena esposa y una madre ejemplar hace mucho bien a esta tierra.

 

Una madre virtuosa es valiosa para su hogar, eso es lo que nos muestra todo el proverbio, ella es la ayuda idónea para su marido y una de las mayores influencias que pueden tener sus hijos. El Proverbio 1:8 dice: Oye,  hijo mío,  la instrucción de tu padre,  Y no desprecies la dirección de tu madre;  Porque adorno de gracia serán a tu cabeza,  Y collares a tu cuello.

 

Una madre virtuosa es de gran valor para el estado porque con la sabiduría de la Palabra de Dios instruye a sus hijos para que sean ciudadanos o gobernantes honestos, criados con principios divinos, hombres y mujeres que bendicen la tierra. Como la madre de Lemuel, ellas enseñan a sus hijos con sabiduría. En el Proverbio 31:2-5 esta madre escribe a su hijo: ¿Qué,  hijo mío?  ¿y qué,  hijo de mi vientre?  ¿Y qué,  hijo de mis deseos? No des a las mujeres tu fuerza,  Ni tus caminos a lo que destruye a los reyes.  No es de los reyes,  oh Lemuel,  no es de los reyes beber vino, Ni de los príncipes la sidra;  No sea que bebiendo olviden la ley,  Y perviertan el derecho de todos los afligidos.

 

Pero también debemos decir que una madre virtuosa es una bendición para la iglesia de Cristo. En toda la historia de redención la influencia de las madres ha sido el instrumento de Dios por el cual ha levantado hombres piadosos para su servicio. Podríamos hablar de Jocabed la madre de Moisés, de Ana la madre de Samuel, de María la madre del Salvador y no podemos olvidar a la abuela Loida y a Eunice, madre de Timoteo. En la Epístola de Pablo a Timoteo 1.5 dice: trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti,  la cual habitó primero en tu abuela Loida,  y en tu madre Eunice,  y estoy seguro que en ti también. Claramente vemos que en la formación de Dios para con el pastor Timoteo, el papel de estas dos madres fue fundamental. Dios en todo tiempo ha bendecido a la iglesia con madres piadosas que, a pesar de sus pecados, cumplen con diligencia el encargo que Dios les entregó.

 

Quiero terminar agradeciendo a Dios por esas madres creyentes que prefieren las dificultades del amor que los placeres del egoísmo, que no están buscando ser populares sino virtuosas, que no abrazan las ideologías pasajeras de este mundo sino la sabiduría de la Palabra de Dios, que saben aprovechar la vida con gozo cumpliendo el encargo que su Creador les dio, la valiosa labor de ser mamá. Que Dios bendiga la obra de sus manos.

 

Pro 31:30,31  Engañosa es la gracia,  y vana la hermosura;  La mujer que teme a Jehová,  ésa será alabada. Dadle del fruto de sus manos,  Y alábenla en las puertas sus hechos.


Pastor Henry Velásquez.

IPBR - Bosa.

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